Un interesante artículo en Christianity Today escrito por Andrew Wilson, explora una curiosa anomalía bíblica acerca de la muerte y resurrección de Cristo.
Aunque existen amplias y a menudo vívidas descripciones de la muerte y el sufrimiento de Cristo en la cruz en el Antiguo Testamento, como Isaías 53 y Salmo 22, no contamos con descripciones directas similares de la resurrección de Cristo.
Wilson, quien es pastor en King’s Church en Londres, Inglaterra, señala que la resurrección de Cristo en el tercer día (1 Corintios 15:3-5) es el núcleo mismo de nuestra fe cristiana. Como explica Pablo unos versículos después, “y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también la fe de ustedes.” (1 Corintios 15:14).
Aunque no contamos con una descripción similar a Isaías 53 de la resurrección de Cristo en el tercer día, Wilson afirma que se insinúa varias veces en el Antiguo Testamento, todas ellas con profundo significado.
En primer lugar, Wilson señala que cuando Dios le dijo a Abraham que sacrificara a su hijo Isaac, el Señor proporcionó un carnero como sacrificio sustitutorio en el tercer día.
Nunca antes me había percatado de esa conexión e incluso leí ese pasaje en (Génesis 22:1–14), para confirmarlo, y efectivamente en el versículo 4, leemos “Al tercer día alzó Abraham los ojos y vio el lugar de lejos.”
Luego, Wilson señaló la historia de Jonás, quien “estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches.s” (Jonás 1:17) y cómo la reina Ester recibió el coraje suficiente y “Al tercer día Ester se vistió con sus vestiduras reales y se puso en el atrio interior del palacio del rey delante de los aposentos del rey.” (Ester 5:1), salvando al pueblo judío que vivía bajo la cautividad persa del genocidio.
De manera similar, el rey Ezequías, quien estaba muriendo a causa de un absceso, recibe del profeta Isaías la promesa: “He oído tu oración y visto tus lágrimas; sanaré tu enfermedad. Al tercer día subirás a la casa del Señor” (2 Reyes 20:5).
Citando otros ejemplos además de estos, Wilson escribe que este tema del tercer día se encuentra prominentemente a lo largo del Antiguo Testamento.
“Entonces, cuando Oseas habla de que Israel será levantado en el tercer día, no está tomando un número al azar de la nada” explica Wilson. “Está reflejando un tema bien establecido que se origina en el primer capítulo de la Biblia. Como dice Oseas:
«Vengan, volvamos al Señor.
Pues Él nos ha desgarrado, pero nos sanará;
Nos ha herido, pero nos vendará.
2 Nos dará vida después de dos días,
Al tercer día nos levantará
Y viviremos delante de Él. (Oseas 6:1–2 NBLA)